Foto: EFE
Grave error, funesto mensaje
El viaje de Juan Manuel Santos a La Habana, con el propósito de invitar a Cuba a la Reunión de las Américas, Cartagena, Abril 2012, envía un funesto mensaje a la comunidad latinoamericana de naciones.
Por dos razones: una, coincide esta visita con la presencia en La Habana de Hugo Chávez, lo cual coloca en un solo sitio a los dos dictadores más dañinos que ha tenido la región en los últimos 50 años: Fidel Castro y Hugo Chávez, ambos enemigos de la democracia colombiana y defensores de las FARC. La visita de Santos, presidente democrático, legitima a estos dos enemigos de la democracia latinoamericana y legitima además el hecho irregular de un presidente que maneja su país a control remoto, influenciado por una nación extranjera y en abierta violación de la constitución.
La otra razón es que Santos va a invitar a Cuba a asistir a la Cumbre, a pesar de que Cuba no es miembro de la OEA y carece de las credenciales democráticas requeridas para asistir. Si Santos y los otros presidentes democráticos latinoamericanos, así como el insulzo Secretario general de la OEA actuasen con dignidad, tampoco la Venezuela de Chávez debería asistir a esta reunión.
La visita de Santos a La Habana representa un deplorable acto de debilidad de la democracia latinoamericana, mál disfrazado de tolerancia. No se puede ser tolerante con las dictaduras. Un presidente democrático no puede hacerle reverencias a los dictadores.
El viaje de Juan Manuel Santos a La Habana, con el propósito de invitar a Cuba a la Reunión de las Américas, Cartagena, Abril 2012, envía un funesto mensaje a la comunidad latinoamericana de naciones.
Por dos razones: una, coincide esta visita con la presencia en La Habana de Hugo Chávez, lo cual coloca en un solo sitio a los dos dictadores más dañinos que ha tenido la región en los últimos 50 años: Fidel Castro y Hugo Chávez, ambos enemigos de la democracia colombiana y defensores de las FARC. La visita de Santos, presidente democrático, legitima a estos dos enemigos de la democracia latinoamericana y legitima además el hecho irregular de un presidente que maneja su país a control remoto, influenciado por una nación extranjera y en abierta violación de la constitución.
La otra razón es que Santos va a invitar a Cuba a asistir a la Cumbre, a pesar de que Cuba no es miembro de la OEA y carece de las credenciales democráticas requeridas para asistir. Si Santos y los otros presidentes democráticos latinoamericanos, así como el insulzo Secretario general de la OEA actuasen con dignidad, tampoco la Venezuela de Chávez debería asistir a esta reunión.
La visita de Santos a La Habana representa un deplorable acto de debilidad de la democracia latinoamericana, mál disfrazado de tolerancia. No se puede ser tolerante con las dictaduras. Un presidente democrático no puede hacerle reverencias a los dictadores.
No hay comentarios:
Publicar un comentario